Como sabemos, denominamos deglución al tránsito del bolo alimenticio desde la boca hasta la faringe, en primer lugar, y hasta el esófago posteriormente. Dicho proceso no se realiza de la misma forma en bebés y en personas adultas, por lo que si una vez hemos crecido continuamos haciéndolo como cuando éramos pequeños, tendremos deglución atípica.
Es importante no confundir esta anomalía con la disfagia. Aunque ambas están relacionadas con la manera de tragar, la segunda tiene su origen en otras enfermedades de origen neurológico.
Fases de la deglución normal
Tal como se recoge en la Guía para la evaluación de la deglución atípica, el proceso de tragar la comida consta de tres fases principales.
Oral
Es la que comprende desde el momento en que el trituramos los alimentos con los dientes, formando el bolo, hasta que la lengua realiza los movimientos pertinentes para enviarlo a la faringe.
Esta etapa se divide, a su vez, en dos más:
- Fase preparatoria: intervienen varios actos como la salivación, la masticación y la trituración para formar el bolo alimenticio.
- Fase expulsiva: en la que la lengua desplaza el bolo hasta la faringe.
Pero este proceso no ocurre de cualquier manera, sino que la lengua debe estar en una posición concreta para considerar que estamos ante una deglución normal.
De acuerdo con las indicaciones dadas por el Colegio Profesional de Higienistas Dentales de Madrid, tras masticar, la comida se desliza entre la lengua y el paladar.
Además, la lengua se coloca tras los incisivos superiores y tanto dientes como labios deberían estar en permanente contacto.
Así, será posible llevar los alimentos hasta el final de la boca, debe realizar un movimiento de ondulación.
Faríngea
Mientras que la fase oral es completamente consciente, esta segunda fase se produce de forma involuntaria. Consiste en el paso del bolo a través de la faringe hasta otra zona de la garganta llamada esfínter esofágico superior.
Esofágica
Por último, el bolo continúa hasta llegar al estómago. El curso normal de estas tres fases, puede verse alterado debido a diversas anomalías en el desarrollo de las estructuras orofaciales, como la deglución atípica. Pero, a su vez, este problema al tragar conlleva diferentes consecuencias en nuestra estructura dentaria.
El cambio en la forma de tragar con el crecimiento
Entonces, ¿Cómo podemos saber si estamos tragando debidamente? Existen una serie de síntomas que nos indican que tenemos cierta dificultad para deglutir correctamente. Como ya hemos comentado anteriormente, la deglución se transforma con el desarrollo de la persona.
En la deglución infantil, los bebés se ayudan del posicionamiento lingual entre ambas arcadas para favorecer la succión de la leche. Sin embargo, cuando la alimentación comienza a ser sólida, la posición de la lengua debe variar y colocarse en el paladar, justo detrás de los dientes de la arcada superior.
En caso de que no se produzca una modificación en la manera de posicionar las estructuras orales, estaremos ante un caso de deglución atípica. La deglución atípica conlleva problemas de maloclusión, como la mordida abierta, pero también posibles complicaciones a la hora de pronunciar los fonemas
Síntomas de la deglución atípica
Consideramos que se da esta anomalía cuando, al tragar:
Los dientes de la arcada superior e inferior no están en contacto.
La lengua no se posiciona en el paladar, si no entre los dientes de ambas arcadas.
No existe sellado labial. En ese caso, en múltiples ocasiones se coloca el labio interior detrás de los dientes de la arcada superior.
Existe una prevalencia de la respiración oral.
El bolo alimenticio no se forma de la manera debida, pues existen problemas de masticación.
Por este motivo, es habitual que los pacientes que padecen estas anomalías en el proceso de deglución realicen movimientos con la cabeza.
Normalmente, echándola hacia atrás para favorecer el paso del bolo a la faringe.
Si existe hipotonía -falta de tono muscular- en las mejillas, se favorece la acumulación de restos de comida en el vestíbulo bucal.
Este es el espacio situado entre los labios y la parte interna de las mejillas, por una parte, y las arcadas dentarias, por otra.
Se realizan ruidos, fruto de la presión excesiva que realiza la parte superior de la lengua con el paladar para facilitar la deglución.
¿Cuáles son las causas de la deglución atípica?
La deglución atípica está, muchas veces, relacionada con alteraciones en el desarrollo de las estructuras orofaciales.
Sin embargo, existe una amplia variedad de causas asociadas a esta condición que tienen que ver con malos hábitos dentales con consecuencias negativas para la salud oral.
Algunas costumbres a evitar durante la infancia son:
Succión digital prolongada en el tiempo.
Uso del biberón o del chupete a edades más avanzadas de lo recomendable: más allá de los 18 meses.
Uso del chupete en bebés
DEGLUCIÓN ATÍPICA POR CHUPETE
Pero, además, la deglución atípica también está relacionada con alteraciones orgánicas como:
El desarrollo anómalo de los huesos maxilares que genera, por lo tanto, problemas de mordida.
Ausencia de las piezas dentales debido a una caída temprana de los dientes anteriores temporales.
Dificultad para mover la lengua -anquiloglosia-.
Limitación en el movimiento de la lengua debido a un frenillo lingual corto o a que esta tenga un tamaño superior en comparación con el resto de estructuras bucales (macroglosia).
Alteraciones del sistema linfático, como hipertrofia de los adenoides o de las amígdalas, episodios recurrentes de amigdalitis…
Hipotonía, es decir, reducción del tono de los músculos que inciden en el proceso de masticación.
Consecuencias de la deglución atípica
La deglución atípica no solo tiene consecuencias en el proceso de digestión, sino que también supone ciertos perjuicios para nuestra salud bucodental.
La colocación de la lengua entre los dientes de ambas arcadas supone uno de los problemas de maloclusión más comunes: la mordida abierta.
Se produce cuando no existe contacto entre las piezas anteriores de la arcada superior e inferior.
Además, no hay que olvidar que la lengua ejerce una enorme presión sobre la dentadura en caso de no estar en la posición adecuada.
Esto provoca la protrusión de los dientes y la aparición de diastemas (espacios entre piezas).
Por la incorrecta posición lingual, además de la maloclusión y las malposiciones dentarias, se originan también problemas de fonación.
Es por ello que, en muchas ocasiones, la forma más efectiva de abordar un caso de deglución atípica se basa en el trabajo coordinado entre un logopeda y un ortodoncista.
Ve a tu especialista
Recuerda que a partir de los 6 años es recomendable llevar a los niños a una primera visita con el ortodoncista.
Tratamiento de la deglución atípica
El primer paso para tratar la deglución atípica pasa por realizar un diagnóstico detallado del caso, estudiando el historial clínico del paciente y evaluando las alteraciones del sistema orofacial.
Posteriormente, es momento de que ambos profesionales actúen en sus respectivos campos de especialidad.
De acuerdo con los expertos del Instituto Superior de Estudios Psicológicos, la actuación conjunta del ortodoncista y el logopeda supone una reducción de los tiempos del tratamiento, así como una mayor estabilidad de resultados a largo plazo.
Por ello, se ofrecen mayores beneficios al paciente. Es fundamental devolver la funcionalidad a la mandíbula mediante un tratamiento de ortodoncia pautada y supervisado por un dentista. Por tanto, la labor por parte del ortodoncista se centra en corregir la maloclusión. En caso de que la persona presente mordida abierta, la aparatología dental tendrá como misión expandir las arcadas y propiciar el contacto entre los dientes superiores e inferiores. Así, se posibilita la completa funcionalidad y armonía de la sonrisa.
Logopeda
El logopeda, por su parte, lleva a cabo una terapia miofuncional (TMF) consistente en la realización de diversos ejercicios para trabajar en la deglución atípica.
La TMF se basa en la creación de nuevos patrones musculares que faciliten la deglución normal. Es decir, su finalidad es actuar sobre la forma de tragar y corregirla. Dichas estas pautas también contemplan la consecución de una fonación y pronunciación de las palabras adecuada.bAdemás, persiguen la rehabilitación de la actividad muscular de las estructuras orofaciales: mejillas, lengua y labios. Tras ambos tratamientos -el de ortodoncia y los ejercicios de logopedia para abordar la deglución atípica-, el paciente nota los resultados en varios aspectos. En primer lugar, contará con una deglución normal, pero también experimentará una mejora en las articulaciones, la fonación y la estética de su cara, contribuyendo a su autoestima. El correcto y prematuro diagnóstico de la deglución atípica evita numerosos problemas relacionados con el desarrollo anómalo de los maxilares, además de otras complicaciones de oclusión.
Por ello, acude con regularidad a tu clínica dental de confianza pues, aunque no tengas aparentemente ninguna complicación bucodental, no está de más que te examine un profesional.
Si lo deseas, para tratar una deglución atípica o cualquier otra complicación, te invitamos a concertar una primera visita gratis con nosotros.
Puedes hacerlo llamando al número de teléfono 916 80 66 06 o bien a través del formulario de contacto de nuestra página web.
¡Te esperamos!
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