Consecuencias de la pérdida de piezas dentales

La pérdida de piezas dentales, por desgracia, no es tan rara como nos gustaría. Una caries o periodontitis no tratadas, algún golpe o traumatismo… es algo que puede ocurrir. La clave es,

 

¿Qué hacemos cuando perdemos un diente?

Cuando la pieza perdida es bien visible, digamos en los incisivos, caninos o premolares, los pacientes suelen acudir a nuestra clínica dental en Aranjuez sin demora, ya que el hueco visible resulta antiestético y afecta a la autoestima y capacidad de relación. Sin embargo, cuando la pieza perdida queda más escondida, muelas especialmente, muchas personas optan por dejarlo correr. Y eso es un error, porque, como dice siempre el Dr. Maroto, nuestro director médico e implantólogo, “las consecuencias de perder un diente van mucho más allá de la estética”.

Sigue leyendo y descubre qué ocurre en tu boca cuando faltan algunas piezas.

 

La dentadura como conjunto
Los humanos somos mecanismos biológicos muy complejos, y todo nuestro organismo está interconectado. Eso significa que un problema en una parte no sólo afecta a esa parte, sino a otras.

En el caso de los dientes, la boca es un conjunto pensado para funcionar al completo. Puede parecernos que “por una sola muela no pasa nada”, pero sí que pasa: afecta a la mordida y a la presión que reciben los demás dientes, y eso origina problemas:

 

¿Qué ocurre cuando falta una pieza? Pues que tenemos una peor oclusión, una peor mordida, y el resto de los dientes deben cargar con el esfuerzo adicional de la o las piezas faltantes. Y esto, a la larga, puede derivar en dolores, pequeñas fracturas, o desplazamiento de esas piezas para ocupar el espacio vacío (aumentando los espacios interdentales).

 

Problemas de masticación
Además de sobrecargar el resto de la dentadura, la mala mordida supone una peor masticación de los alimentos. Y esa masticación deficiente no sólo incomoda y estropea la necesidad/placer de comer (la encía desnuda es vulnerable a alimentos duros). Es que supone ingerir alimentos menos triturados, digestiones más pesadas, y a la larga puede derivar en problemas gástricos.

 

Dificultades en el habla
A la hora de vocalizar, dependemos del paladar, la lengua y los dientes. Es la interacción entre estos tres elementos lo que permite pronunciar palabras que la gente entienda. Cuando falta un diente, a la lengua le falta un punto de apoyo para pronunciar algunas consonantes, y el habla en general se ve afectada. En mayor o menor grado dependiendo del diente perdido, pero afecta.

 

Pérdida ósea
Pero quizá una de las consecuencias más serias de la pérdida de piezas dentales es la pérdida ósea, como siempre recalca el Dr. Maroto (especialista en regeneración ósea) a los pacientes que necesitan implantes dentales en Aranjuez.

Y es que el hueso de la mandíbula está pensado para la masticación, para soportar presión y desgaste, de forma que, ante la presión y el desgaste de la masticación, se regenera y fortalece. Cuando se pierde el diente, ese hueso deja de recibir el estímulo de la mordida, deja de regenerarse, y a la larga disminuye.

Esto, que se conoce como pérdida ósea, complica posteriores tratamientos de implantes dentales.